Cesa la lluvia
lentamente en el sur.
suspiran las nubes
extenuadas de trabajar.
¡Altivas se mantienen!
Amenazantes...
...para de nuevo
diluvio a la
tierra enviar.
Por entre las hojas
y el follaje
de la vegetación indómita,
emergen tímidos insectos.
El olor de la tierra es bello.
Chaotroquin inunda
mis sentidos
y me hace divagar
en míticos pensamientos.
El suelo barroso recibe mis pies,
apenas me soporta.
Suave me hundo...
levemente...
Por un instante
parece que la tierra
no me dejara escapar.
¡Retiene mi calzado!
¡Me succiona hacia ella!
¡Mi pie no quiere soltar!
Bajo los árboles la lluvia continua...
suave... lenta... dispersa...
¡Pero con gruesas gotas!
Los ruidos del bosque cambian.
La selva despierta
y se estira de la modorra
humedad que le lanzó el cielo.
El viento del septentrión
nuevamente amenaza al bosque,
mientras que los gualles
miran al imponente alerce
y susurran a los autóctonos canelos,
para que se preparen...
Las nubes dejan su descanso,
se ponen de pie, se visten
con su overol plomo
y comienzan a fustigarte
nuevamente tierra del sur.
Amenazante cielo...
... y de nuevo el diluvio a la
tierra envías.
Hace muchos años empecé a escribir versos. Sólo logre palabras con cierto sentido poético, que mi profesor de Castellano (el querido "chico" Leopoldo Meneses) me advirtió que debía mejorar. Escribí por años. Muchos de esos versos se perdieron en un bolsillo o entre las hojas viejas de una agenda. Hoy publico algunos de aquellos versos añejos que he encontrado y otros, de diversos autores, que me han cautivado. Espero que no te aburras con mi creación o los versos escogidos.
martes, septiembre 26, 2006
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