"Cosito" fue el gatito de mi hija, Waleskita Fernanda, quien murió trágicamente hoy... como el gatito del poema.
El Gato de la patita vendada
Del ataque de un perro murió ayer, de improviso, el gato de la patita vendada,
ese que nuestra casa recorría sumiso,
en las mínimas cosas posando la mirada.
¿Qué alfombras silenciaban sus pisadas medrosas?
¿Qué veía la Luna en sus ojos pequeños?
Cuando lo acariciaban tus manos amorosas,
¿Qué puertas se le abrían para el Sol de los sueños?
Hoy que se fue vagando por un blanco tejado,
camino de la nada, para siempre perdido,
¿qué podremos decirle dulcemente al oído?
Ah, gatito, que encuentres un alero abrigado
y que si aun no sana tu patita quebrada
que el buen Dios te la conserve vendada.
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